Vive la Procesión del Silencio en SLP

Los intensos sonidos de tambores y trompetas acompañan a las saetas, esos cantos espirituales que hacen que la piel se ponga chinita

Por Mario Zárate/ Fotos: Oficina de Turismo de SLP

Una de las tradiciones con mayor arraigo y proyección cultural para los potosinos, considerada la segunda mejor a nivel mundial, es la Procesión del Silencio, realizada año con año, desde 1954, cada Viernes Santo en la ciudad de San Luis Potosí.

Llena de misticismo, este viacrucis viviente representa la Pasión de Cristo de una manera muy parecida a la Semana Mayor sevillana, que tiene lugar en la comunidad autónoma española de Andalucía. Su origen se debe a los padres carmelitas que inculcaron la devoción a los toreros a la Virgen de la Soledad.

En punto de las 20:00 horas, los soldados romanos tocan con sus lanzas la puerta principal del Templo del Carmen que se abre para darle paso a la procesión que recorre más de tres kilómetros y medio por las calles del centro histórico. Más de dos mil personas se dan cita esa noche para formar parte del ceremonioso evento.

Las calles adoquinas del centro histórico se visten de luz, penitencia, solemnidad, dolor, un gran colorido y un silencio que en ocasiones logra ser sepulcral, un momento místico que los espectadores esperan con ansia para ser participes de esta manifestación de fe y devoción.

En la ruta marcada se ubican puntos estratégicos para escuchar las saetas (canto agudo y compungido que conmociona por su particular entonación) y los pregones (discurso reflexivo con el que se le habla a cada imagen).

Los intensos sonidos de tambores y trompetas acompañan estos espirituales cantos, para después dar paso a la guardia pretoriana encargada de abrir la procesión que camina a paso lento. Los charros con el sombrero en la mano izquierda hacen su aparición, seguido de las autoridades pertinentes.

Al término de estos pasos, los 30 grupos, llamados “cofradías”, se unen a la marcha, algunas de ellas pertenecen a parroquias o templos y cada una de ellas se caracteriza por los colores de su vestuario. Los encapuchados, que forman parte esencial de la procesión, llevan la inconfundible capucha como símbolo de luto y humildad, además de que sirve para ocultar su identidad.

Bajo el anonimato de su ropaje, algunos “cofraderos” van descalzos y cargan cadenas para hacer más dura su penitencia. Un grupo de hombres llamados “costaleros” llevan sobre los hombros la imagen titular de su cofradía. Ellos reciben el nombre de costaleros porque en los hombros llevan colocados un costal que los ayuda a soportar el peso de la imagen y de esa forma no se lastiman tanto.

 “¡Ay!, el pueblo se amotino, ¡ayyyyy!, el juez cobarde y tirano, aunque culpa no encontró después de lavar sus manos, cruel sentencia afirmó”, se puede escuchar en uno de los cantos que conmociona a los espectadores.

Sigue la procesión

La ruta contempla el paso por 14 puntos representativos de la ciudad: el Templo del Carmen, Teatro de la Paz,  el Museo de la Máscara, el Museo Tradiciones Potosinas, el Templo de San Agustín, el Jardín Guerrero y Templo de San Francisco.

El recorrido continúa con el paso por la Plaza de Aranzazú, el Palacio de Gobierno, la Plaza de Armas, sigue por el Palacio Municipal, la Catedral Metropolitana, la Parroquia del Espíritu Santo y finaliza en las instalaciones de la Secretaría de Turismo. A lo largo del camino, quienes asisten para ser parte de esta ceremonia, llevan sus propias sillas y llegan desde temprano buscando el mejor lugar.  

Finalmente, la procesión culmina cuando sale Nuestra Señora de la Soledad, que es la única que lleva cirios prendidos, aproximadamente 40, y que tiene un peso de casi una tonelada, la más pesada de todas.

En los años 60 esta celebración fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de San Luis Potosí, siendo la única en el mundo que se realiza la noche del Viernes Santo, representando el viacrucis completo y los Misterios Dolorosos del Rosario. Este año se conmemora la edición número 66 de la procesión y se espera superar los 100 mil asistentes que se registraron en 2018.

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