Malinalco para aventureros y melómanos

Campamentos a la medida, aventura a la carta, historia, gastronomía local llevada a otro nivel y actividades musicales, ¿qué más necesitas?

Texto y fotos: Laura Llerena

Debo confesar que cuando me invitaron a acampar a Malikualli, en Malinalco, aunque no lo pensé mucho, ya que siempre me ha gustado el contacto con la naturaleza; lo cierto es que tenía un poco de temor. ¿A qué? Básicamente a todo: al frío, al ruido, a no dormir y, prácticamente, a todo aquello que representa pasar la noche sin las comodidades de casa o de un hotel cuando de viajar se trata.

De esto va esta aventura que les iré desmenuzando de a poco, como me sucedió…aunado a una experiencia musical que, como podrán imaginar, me encantó, como sucede a los viajelómanos de Sound Travel. Pero, comencemos por el principio…

A Malinalco, desde la Ciudad de México, es posible llegar en aproximadamente dos horas, viajando en auto, lo que lo hace un destino que sí o sí debe estar en tu radar de escapadas de fines de semana.

Su ubicación, al sur de la ciudad de Toluca de Lerdo, en el Estado de México, y muy cerca de la ciudad de Cuernavaca, hacen que su clima sea envidiable. Te cuento esto porque, para entonces, camino a este destino, yo seguía preocupada por el frío que iba a pasar al acampar.

Malikualli, ejemplo de amor y ecoturismo

Un par de amigos y yo salimos muy temprano de la CDMX, por lo que al llegar a “Mali”, como le llaman de cariño sus habitantes, ya moríamos de hambre, así que lo primero que hicimos fue dejar nuestras pertenencias en “Malikualli, complejo ecoturístico”, donde nos hospedamos esta vez y que tiene actividades “a la carta” para todos los gustos y bolsillos.

Una vez que dejamos nuestras pertenencias nos dispusimos a desayunar. Ya había cafecito, fruta picada y la especialidad de la casa cuando comienza el día: molletes con huitlacoche y chorizo.

Mientras probamos estas delicias matutinas, se une a nosotros el doctor Rosendo Peralta, director y guía de turistas de Malikualli, quien nos cuenta cómo surgió la idea de crear este lugar.

La historia comenzó hace 10 años tras el fallecimiento de Christian Peralta, hijo del doctor Rosendo. Fue después del duelo que el doctor Peralta junto con su esposa y su hija Sheila, decidieron enaltecer la memoria de Christian creando este lugar que había sido su sueño: un espacio enfocado en resaltar las maravillas naturales de Malinalco.    

Luego de escuchar el origen de Malikualli es inevitable abrazar este lugar desde el corazón, pues permite ver la esencia pura de un proyecto que nació de un dolor profundo y hoy se ha convertido en ejemplo de amor y ecoturismo.

Aventura a la carta

Ya con el estómago satisfecho y listos para descubrir Malikualli, nos disponemos a realizar algunas de las actividades que se ofrecen en este lugar. Puedes elegir entre hacer rappel, senderismo, paseo en cuatrimoto, tour del mezcal, tirolesa, escalada, cabalgatas, puente tibetano y hasta parapente. La ventaja es que, como si se tratara de un menú a la carta, puedes programar las actividades que más te interesan.

Nosotros hicimos el puente tibetano, en el que el equilibrio y la calma son las estrategias a seguir. Desde abajo parece sencillo lograrlo, pero una vez que intentas, es muy diferente. Consiste en caminar sobre un cable de acero, sostenido entre una peña y otra, de manera horizontal, por el que debes caminar. En paralelo en vertical, hay otro cable para que puedas sostenerte con las manos conforme vas avanzando. No todos logran llegar a la otra peña, pero vale muchísimo intentar.

Ahí mismo, dentro de Malikualli, también disfrutamos de una tirolesa de 200 metros de largo y 20 metros de altura e hicimos rappel; este último se hace justo en la peña al final del puente tibetano. Desde la cima, a 45 metros de altura, se aprecia una bella vista de este complejo ecoturístico y del Pueblo Mágico de Malinalco.

Para cerrar este día de aventura, realizamos la ruta en cuatrimoto para conocer algunos de los 15 conjuntos conformados por pinturas rupestres y petrograbados que se han encontrado en los cerros que rodean este frondoso valle del Estado de México. Es ideal para quienes aman la adrenalina sobre ruedas.

Para realizar cada una de estas actividades, usamos casco y vamos con un guía experimentado durante toda la experiencia.

Exaltan la gastronomía local

Tras un día de aventura largo, es hora de comer de nuevo. Recientemente, Malikualli atrajo a profesionales de la cocina para sacar el mayor provecho de las bondades de la tierra que les rodea y crear platillos ricos, diferentes y, sobre todo, que exaltan los productos naturales de la región.

Para esta hora la especialidad de la casa es la trucha arcoíris, rellena de flor de calabaza y envuelta en hoja de plátano, lo que hace que guarde todos su sabor y nutrientes. Se acompaña con tortillas de maíz azul o blanco, hechas a mano, puré de papa con pequeños trozos de tocino, una ensalada y espagueti. Te recomendamos que, al momento de reservar tu estancia, pidas también el servicio de comidas.

Luego de tremendo banquete, aprovechamos para echar caminata al centro de Malinalco, a menos de 15 minutos de Malikualli, perfecta para la digestión y para conocer el poblado, donde encontramos galerías, cafecitos, tiendas de souvenirs y las clásicas nieves con “sabor de los dioses” que incluye plátano, arroz con leche y manzana.

Campamentos a la medida

La tarde comienza a caer, así que volvemos a Malikualli, listos para hacer lo que venimos a hacer: ¡acampar!

Todos aquellos temores que tenía sobre acampar se disiparon en cuanto abrí el cierre de mi tienda de campaña: colchonetas, cobijas, almohadas y souvenirs para el aseo personal, como jabón, shampoo y cremas de Sanarah con deliciosos aromas, todos en barra para ser amigables con el medio ambiente, estaban ahí salvándome de mis peores miedos.

Resulta que Malikualli tiene esta opción si no eres tan aventurero a la hora de dormir. También puedes llevar tur propia tienda de campaña, pero esto me pareció, en verdad, una gran alternativa. Se cobra aparte, así que puedes hacer tu presupuesto a la medida, de acuerdo con tus necesidades. Lo mejor: ¡cuentan con agua caliente en los baños! ¡Gracias, Malikualli! ¡Nunca cambies!

Previo a la hora de dormir, como nosotros, puedes optar por la fogata. El lugar es excelente para el avistamiento de estrellas, mientras disfrutas de un café o un chocolate calientito y quemas unos ricos bombones a orillas del fogón.

Experiencia marca Malikualli

Luego de una pacífica noche, nos esperan un día de más actividades. Te súper recomiendo pedir el paseo de senderismo por las montañas de Malinalco. Con esto comenzamos el día. Para ello nos acompaña Edmundo Cambron, fotógrafo, amante de la naturaleza y guía de Malinalco, quien nos muestra el camino hacia la cima de una de las montañas que hay en este destino.

A lo largo de la caminata, de aproximadamente dos horas, es posible ver flora y fauna del lugar, que va explicando Eduardo al detalle, para finalizar con una postal de ensueño de Malinalco.

Ve con tenis cómodos y suela con amarre para no resbalar al caminar. Toma en cuenta que es un camino agreste, lleno de tierra, lodo y forraje. Viste ropa para largas caminatas que permitan a tu cuerpo transpirar, ya que conforme avanzas entre la maleza, el calor aumenta. La salida es a las 7:00 de la mañana para evitar el sol de medio día. Sin duda, de mis favoritos.

Con el apetito ya a todo lo que da, esta vez el chef de Malikualli nos consciente con un delicioso desayuno: huevos a la cazuela. Se trata de unos huevitos en salsa verde con epazote y tomatillo, queso Oaxaca y chorizo español. El café y el pan no podían faltar. 

La joya de Malinalco: zona arqueológica

Ya con la pila recargada, nos restan dos actividades para cerrar esta excelente opción de escapada de fin de semana. Se trata de la zona arqueológica de Malinalco, que conserva el único templo de toda América de carácter monolítico, es decir, que fue tallado en la misma roca del cerro, en honor al dios Tláloc.

Su belleza arquitectónica es reconocida a nivel mundial junto a templos como Ellora y Ajanta (en India), Petra (en Jordania) y Abu Simbel (en Egipto).

Para llegar a la cima del cerro, donde se ubica la zona arqueológica, es necesario subir más de 400 escalones, pero vale cada gota de sudor. Ahí se encuentra la “Casa del Sol”, el templo donde se graduaban los guerreros águila y jaguar, de la cultura mexica, y donde se incineraba y honraba a los caídos en batalla.

El Cerro de los Ídolos se ubica a una altura de 150 metros, desde donde se aprecia una increíble foto panorámica de “Mali”.

Aquí puedes ver partes de lo que fueron otros recintos, como el temalacatl, donde se realizaban autosacrificios, otro en honor a Ehécatl, dios del viento. Además, este lugar es de suma importancia porque formaba parte de la ruta comercial de los que viajaban para rendir tributo a la gran Tenochtitlán. El ingreso tiene un costo de 70 pesos por persona.

Galería René Martín, ¡la visita que todo melómano ne-ce-si-ta!

Para cerrar esta escapada por Malinalco con broche de oro, todo el equipo de Malikualli, pensando en los viajelómanos de Sound Travel, nos llevaron a visitar la casa del maestro René Martín, ganador del Premio Nacional de Arte Popular 2019 y 2020, en la categoría “Instrumentos Musicales”.

Aquí podrás conocer de primera mano, la historia del maestro René Martín Flores López, un ser humano con una gran calidez e ímpetu por enseñar su pasión. El maestro, junto con su hija y, en ocasiones, con su esposa, brindan talleres para aprender a tallar preciosas piezas en madera.

Pero no sólo eso, aquí podrás crear tu propia banda ¡de música prehispánica! Se trata del taller “Madera, magia y tradición”, en la que el maestro René te enseña a tocar alguno de los instrumentos prehispánicos con los que cuenta en el taller.

Podrás tocar desde un huehuetl, un instrumento de percusión parecido a un tambor, usado por los mayas y otras culturas, con el que llamaban a levantarse en armas o bien, a realizar una gran fiesta, unas ocarinas, pequeños instrumentos de viento labrados en barro, hueso o madera, que bien pueden confundir su sonido con el de los pájaros, claro, si lo sabes tocar.

También puedes optar por un palo de lluvia y, si te portas bien, hasta un teponaztli, una especie de tambor horizontal tallado en madera, que normalmente suele tocarse con dos baquetas de madera que tienen en sus extremos bolas de hule.

Tendrás mucha suerte al tocar este último instrumento, según datos del Museo Nacional de Antropología, “algunos teponaztlis que se conservan en los pueblos indígenas mantienen un uso ritual muy importante pues son considerados entidades con vida y voluntad propias, y un carácter sagrado”.

No podíamos tener un mejor cierre que el de ¡crear nuestra propia banda de música prehispánica! Te maravillarás con los sonidos de cada uno de estos instrumentos, además de tener el privilegio de aprender a tocarlos con la guía de un experto labrador de arte.

El taller tiene una duración de 40 minutos y un costo de 50 pesos por persona, pero es necesario hacer reservación anticipada. Puedes escribir directamente a la página del maestro René para hacer tu reservación e incluso puedes realizar otras experiencias temáticas, como el taller de corazón tallado en madera, para parejas, con duración de dos horas y media o el taller de relieve tallado en madera, “Manos creadoras”, con duración de seis horas. Este lugar es sin duda, el mejor cierre para esta travesía por “Mali”. Ve directo a este link: www.galeriarenemartin.com.

¿Cómo llegar?

Desde la Central de Autobuses de Observatorio, en Ciudad de México, la línea de Autotransportes Águila tiene salidas directas a Malinalco de lunes a domingo a las 8:20 A.M. y a las 18:20 P.M. Tiene un costo de 110 pesos por persona, aproximadamente, y una duración de dos horas.

Si viajas en auto, toma Reforma hacia Constituyentes en dirección a la Marquesa. Pasando el nuevo libramiento en Lerma en dirección a Toluca, toma la desviación hasta Tenango y posteriormente hacia Joquicingo hasta Malinalco.

Abanico de actividades en Malikualli

Además de los campamentos, que varían en el costo, según lo que solicites, y van desde los 400 pesos por persona, también puedes solicitar otras actividades, como un picnic romántico por tres mil 200 pesos por persona.

También puedes optar por el glamping. Cuentan con tres domos con capacidad para dos personas cada uno, que van de los mil 900 pesos y hasta los tres mil 900 en fin de semana y hasta cuatro mil 600 pesos con jacuzzi. Incluye desayuno, amenidades, bombones y leña para fogata. Te recomendamos reservar un mínimo de dos meses de anticipación, ya que son muy solicitados.

Incluso si lo tuyo no es acampar, puedes elegir el departamento de Malikualli para pasarla en familia o con amigos.

Malikualli además es petfriendly y cuenta con cine al aire libre y paseos en bicicleta eléctrica, entre otras opciones. Checa todas las alternativas en: http://www.malikualli.com

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