Concierto de Zaz, un armonioso viaje entre México y Francia

El pasado sábado 29 de abril, luego de ocho años de su último concierto en la CDMX, la cantante Zaz nos hizo viajar a su natal Francia con el concierto que ofreció en el Auditorio Blackberry

Enviada Laura Llerena / Fotos:  Maika Tovar

Con una entrada inesperada, cantando entre el público que ya se encontraba de pie frente al escenario del Auditorio Blackberry, la cantante francesa Zaz dio inicio a su concierto en la CDMX, el pasado sábado 29 de abril, luego de ocho años de su último concierto en la capital de México.

Isabelle Geffroy​, conocida por su nombre artístico: Zaz, se conectó de inmediato con el público mexicano desde la primera canción que interpretó: Les jours heureux, con la que comenzó su espectáculo alrededor de las 8:30 de la noche.

El Blackberry lucía repleto. Los fans mexicanos de Isa eran de todas las edades, desde pequeños que cantaron en un francés perfecto, arriba de los hombros de sus padres, hasta mujeres y hombres adultos que tararearon las rolas de la cantante, estos último ubicados más hacia el fondo del auditorio, justo en esa franja donde muchos de nosotros disfrutamos mejor los conciertos a partir de cierta edad.

Zaz y su amor por México

La noche fue avanzando y Zaz fue interpretando muchos de sus éxitos, como Si jamais j’oublie, previo a la que leyó unas palabras en español, que hicieron referencia a la letra de esta canción que dice que si alguna vez olvida lo que vive en el escenario se lo hagan recordar: “en el escenario quise celebrar los cinco elementos: tierra, agua, aire, fuego y vosotros”, dijo.

El setlist continúo con Qué vendrá, una canción interpretada en español, del disco Effet miroir, de 2018, con la que aprovechó para hacer saber su cariño por nuestro país: “Te amo, México”, afirmó mientras sonaba estos acordes.

Con una escenografía nada pretensiosa, apenas con un juego de luces que encendían y apagaban, según dictara cada canción, y acompañada de sus músicos, el Auditorio BB se inundó con la energía, carisma, belleza y la potente y singular voz de Isa, en un vaivén entre el jazz y el pop que caracterizan su propuesta musical.

De couleurs vives, Ma valse, Les passants, Comme ci, comme ca, fueron desfilando en el escenario, muchas de ellas coreadas en perfecto francés entre el público y otras un tanto más “guachaguachadas”, pero igual de intensas y emocionantes.

De viaje por Francia

Originaria de Chambray-lès-Tours, Francia, Isa no podía dejar de entonar aquellas canciones que la han acompañado desde niña y que, sin duda, son parte de su formación musical, como Paris sera toujours Paris, un cover de Maurice Chevalier, que salió a la luz en su tercer disco París, de 2014, en el que rinde homenaje a grandes canciones parisinas.

En este mismo viaje a Francia, Zaz interpretó otro cover más que nos hizo desplazarnos, con la imaginación, a la llamada “ciudad del amor” con Dans ma rue, de la gran Édith Piaf.

La noche continuó con más éxitos, como Laissez moi, On s’en remet jamais, La fée y Tout lá-haut, en los que la voz de Zaz resonó melodiosamente en todo el auditorio, pasando de lo romántico a los ritmos más movidos de su particular gypsy jazz.

En este concierto también se coló un Dr. Simi que los fans le lanzaron al escenario, el cual abrazó y besó para después regresarlo al público.

Cierre de oro

Las sorpresas siguieron desfilando, una mejor que la otra, conforme la noche continuó avanzando.

Una de las cerezas de esta velada llegó cuando Zaz interpretó Esta tarde vi llover, en un español perfecto, rindiendo homenaje al yucateco Armando Manzanero, como una muestra más de amor a nuestro país.

Serendipia, Éblouuie par la nuit y On ira son otras de las canciones que sonaron hacia el cierre del show, para dar paso a la rola que catapultó la carrera artística de Zaz en el mundo, por allá del 2010: Je veux, la cual hizo vibrar al Blackberry en cuanto se escuchó el sonido de la trompeta imaginaria que salía de la boca de Zaz.

Parecía que ahí había acabo aquella noche fabulosa, al retirarse Zaz junto con su banda, pero tras unos minutos de aplauso y al sonido del ya clásico “otra, otra”, del público que pedía más, nuevamente la cantante francesa salió para cerrar con Le chant des grives y una de las canciones más grandes que ha dado Francia al mundo: La vie en rose, de Édith Piaf.

Antes de acabar la noche, el público mexicano hizo un regalo a Isa, previo al cumpleaños número 43 de la artista, a celebrarse el primero de mayo, por lo que, al unísono y a capela le cantaron las mañanitas.

Por último, los asistentes dieron otra muestra de cariño, al puro estilo mexicano, cantando Cielito lindo para ella.

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