Rigo es amor… y también es un museo

Si bailaste con las canciones de Rigo Tovar, este museo en honor al artista debe estar en tu paso por el “Matamoros querido” al que tantas veces le cantó


Por Ariana Zamarrón

“A orillas del Río Bravo hay una linda región, a orillas del Río Bravo hay una linda región, mi Matamoros querido, mi Matamoros del alma, y nací sobre tu suelo y me crié sobre tus playas…”, así reza una estrofa de la canción Mi Matamoros querido de Rigoberto Tovar García, quien nació en esa ciudad de Tamaulipas el 29 de marzo de 1946, pionero de la cruza de instrumentos como la guitarra eléctrica, los sintetizadores, el bajo eléctrico y efectos de sampleo y la batería eléctrica, con la música tropical, la balada, el bolero y la cumbia.

A principios de los años setentas, cuando Rigo estaba en sus años 20, se mudó a Houston, Texas, para estudiar una carrera musical. Fue ahí cuando creó el grupo “El Costa Azul”, el cual conformaban él y sus hermanos; dicen que el nombre del grupo fue inspirado en una cantina que estaba justamente en Houston. Gracias a los conocimientos que obtuvo acerca de la música, el ídolo de Matamoros llegó a componer varias canciones, además de realizar diversos arreglos musicales de sus propias melodías.

El disco con el que debutaron salió en 1971, al cual tituló Matamoros querido, el cual incluyó éxitos como Lamento de Amor y, por supuesto, Matamoros querido, canciones que lo posicionaron en peldaños altos en el mundo de la música y que, sobre todo, hicieron que se ganara un lugar en el corazón no sólo de los mexicanos sino de muchas personas en Estados Unidos.

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A pesar de que no era el hombre más agraciado en su aspecto físico, derretía a las mujeres, tenía una singular forma de bailar y durante sus conciertos nunca faltaba que le aventaran ropa interior, era todo un icono de la música, no sólo para las mujeres, pues siempre ponía bailar a todos con sus canciones.

El 27 de marzo del 2005, dos días antes de su cumpleaños número 59 murió a causa de un paro cardio-respiratorio. En sus últimos años tuvo varias complicaciones de salud debido a que su vida se caracterizó por estar llena de excesos, lo cual lo llegaron marcar tanto que llegó a ser conocido como el “Jim Morrison mexicano”.

En 1995 dejó los escenarios debido a varios padecimientos que tuvo en distintos aspectos de su vida, por ejemplo, además de la diabetes, tuvo otra enfermedad llamada retinitis pigmentosa, que lo llevó a realizarse una operación en Cuba, debido a que estaba perdiendo la vista progresivamente; sin embargo, la operación lo ayudó de una manera casi nula lo que lo llevó a sufrir depresión. Posteriormente también padeció vitiligo.

Oficialmente no se sabe cuántos hijos tuvo, pero se habla de que fueron 16. Antes de morir, él solicitó que lo incineraran y que además llevaran sus cenizas a un último tour por diversos estados de toda la República mexicana, para después, como última voluntad, tirar sus cenizas en la playa de Matamorors, su “Matamoros del alma”.

Hacen honor a su legado

Rigo fue, es y será tan querido siempre por su gente, tanto que en Matamoros hay una estatua de bronce de él, hecha con miles de llaves que fueron donadas por sus seguidores.

Fue realizada por el artista Ricardo Ponzanelli y le hace honor a su legado musical. Se encuentra en la calle que anteriormente se llamaba Prolongación y actualmente lleva su nombre, la cual llega a la carretera rumbo a Reynosa, sobre la intersección con la avenida Primero de Mayo, que es donde está la casa que lo vio crecer en su infancia.

Además, en conmemoración de su décimo aniversario luctuoso, como homenaje, se mandó a pintar su imagen en un tanque elevado de la Junta de Aguas y Drenaje de Matamoros, que se localiza justamente en la calle que lleva su nombre.

Es tal el cariño que el 28 de septiembre del año 2013 se inauguró en su Matamoros querido el único museo a nivel nacional que le hace homenaje al ídolo de Tamaulipas y todo México, Rigo Tovar, este museo preserva la emblemática trayectoria que jamás morirá, que trasciende en los corazones de los mexicanos y va hacia el mundo entero.

En el Museo Rigo Tovar, ubicado en Av. Constitución No. 57, Colonia Jardín, podrás encontrar una estatua de tamaño real, fotos, objetos personales, discografía, ropa e instrumentos, entre otras cosas; además, se proyecta un documental acerca de su vida para que conozcan un poco más de quién fue este personaje, de los más influyentes de la música mexicana.

Se encuentra abierto para todo el público en un horario de martes a viernes de 9:00 de la mañana a 8:00 de la noche, y sábados y domingos de las 12:00 del día a las 8:00 de la noche; el acceso es completamente gratuito.

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