Redescubre París a través de sus sonidos

Más allá de la Torre Eiffel y el Museo de Louvre, París resguarda atractivos turísticos para conocerla a través de los oídos, para recorrer la ciudad a la que Jean Bretonnière le cantó Sous le ciel de Paris, en la película francesa del mismo nombre, canción que luego fuera interpretada por artistas de la talla de Edith Piaf

Por Laura Llerena

“El cielo de París ve pasear al amor, amantes que van mostrando su aire feliz. Bajo el puente de Bercy, un filósofo sentado, dos músicos, algunos curiosos y miles de personas”, reza una estrofa de la canción Sous le ciel de Paris, de principios de los años 50 que describe a la perfección a la capital francesa, incluso hoy en pleno 2018.

Esta ruta sonora que hemos creado para redescubrir “la capital del amor” parte desde un sitio clásico: el Río Sena, que es posible disfrutar ya sea a pie o incluso a bordo de una embarcación.

Salpicados a lo largo del Sena, es posible deleitarse con los mini-conciertos que ofrecen algunos músicos callejeros, de esos que tanto nos gustan. Al ser reconocida como una de las ciudades que el jazz tomó como su hogar, luego de la Segunda Guerra Mundial, se escucha algún grupo que recuerda los sonidos de las grandes bandas jazzistas de los años 20 y 30, incluso, es posible deleitarse con el sonido del edu, un instrumento africano similar a una vasija, que tocan percusionistas parisinos.

Recinto musical

Además de este paseo musical al aire libre, la capital francesa cuenta con un museo dedicado a toda esa música que ha hecho que París sea París.

Ubicado en Jean-Jaurès, 221, 19e, dentro del ala oriental de la Ciudad de la Música, este recinto diseñado por el arquitecto Franck Hammoutène, y abierto al público en 1997, alberga más de siete mil instrumentos y objetos relacionados con la música, desde el siglo XVII y hasta la actualidad.

El Museo de la Música distribuye dos mil 800 metros cuadrados entre cinco plantas, a lo largo de las cuales se ofrece un viaje por la historia de la música de todos los continentes. La sala de exposición permanente resguarda tesoros musicales como un piano de Chopin y una guitarra de Brassens.

Cada año, la galería contemporánea monta una muestra distinta, dedicada a una tendencia musical y algún movimiento que haya surgido desde 1945. Además, el museo brinda talleres, clases y conciertos.

El museo funge también como centro científico, pues está dedicado al estudio y la conservación del patrimonio instrumental. Cuenta con su propio laboratorio de investigaciones y un archivo de informaciones musicales.

Conciertos celestiales

Aunado al museo, que se vuelve un sitio obligado para todo viajero que se dicte de ser melómano, París cuenta con otros singulares recintos que han arropado a la música como uno de sus huéspedes consentidos.

Regularmente a las iglesias las personas van a rezar, a “limpiarse” los pecados, a perdonar; cuando se viaja, muchos asisten a dichos templos para admirar la belleza de su arquitectura, pero en París los viajeros también acuden para ¡escuchar un concierto!

Es el caso de la capilla del Palacio de Versalles. Dedicada a San Luis, esta edificación está decorada con la elegancia del siglo XVIII y tiene la estructura de las tradicionales capillas palatinas con dos pisos y columnas de estilo clásico corintio.

Anexa al Palacio, fue construida inicialmente para representar obras de teatro y piezas de ballet para la corte. Es en este mismo sitio donde se casó María Antonieta, y a donde Luis XIV acostumbraba llegar y sentarse en la balconada, para escuchar ópera.

La altura y estructura de la capilla aseguran conciertos “celestiales”, sobre todo en verano, cuando se realiza un festival de música que incluye operas, recitales y piezas de ballet.

La iglesia de San Eustaquio, cerca de Les Halles y el Centro Pompidou, es otra “iglesia-auditorio” donde también se lleva a cabo un festival musical en verano y los domingos por la tarde se ofrece conciertos gratuitos. Su primer templo se remonta al siglo XIII. Su diseño, rodeado de vidrieras medievales, ha sido escenario perfecto para grandes presentaciones, de la talla de las cantantes Camille y Patti Smith. Fue construida en 1532 y restaurada en 1840. Es famosa por su órgano, el más grande de Francia.

Siguiendo con esta ruta sacra-musical, está Sainte-Chapelle, localizada en la Île-de-la-Cité junto a la Conciergerie. Fue construida en el siglo XIII y su estilo gótico hace que sea un sitio soñado para cualquier cantante, como Björk, quien dio un concierto en 2001, justo en medio de la belleza arquitectónica del lugar. Aquí se llevan a cabo conciertos con regularidad, sobre todo de música clásica y religiosa.

Así que ¡claro! París suena a La Vie en Rose, de la cantante francesa Edith Piaf, cantada y tocada por diferentes músicos callejeros o al clásico noventero París, de la cantante Camille y por supuesto, a Les Champs Élysées, que Joe Dassin le cantó a la avenida más famosa de París en 1969; pero también a las notas de un acordeón en alguna estación del metro, a jazz y a música de ópera en alguna capilla de la ciudad.

Te dejamos esta playlist para acompañarte en este tour musical Bajo el cielo de París:

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