Mini-museo de Los Beatles en la CDMX

La casa-tienda de Los Beatles, en la colonia Condesa, en CDMX, muestra y pone a la venta miles de objetos del famoso cuarteto, coleccionados por un fan desde hace muchos años

Por Laura Llerena

Por su colección de Los Beatles y la riqueza emocional y anecdótica que resguarda sobre el famoso cuarteto de Liverpool, la casa-tienda de Ricardo Calderón, ubicada en la calle de Ámsterdam, en la colonia Condesa de la Ciudad de México, bien podría considerarse un mini-museo dedicado a John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr.

Se trata de Abbey Rock, una pequeña tienda, donde los “beatlemaniacos” podrán adquirir playeras, chamarras, gorras, discos de vinil y discos compactos (entre 12 y 13 mil ejemplares), películas, revistas, libros y muñecos del grupo inglés que revolucionó la forma de hacer música.

Cada uno de los objetos que aquí se encuentran son originales y oficiales de las tiendas de Los Beatles en Londres, desde donde Ricardo Calderón, el propietario de este espacio, los ha traído.

Real love

Ricardo lleva 40 años coleccionando artículos de su grupo favorito de manera “inconsciente”, como él mismo dice. Eso se puede apreciar detrás de la cortina negra que divide la tienda de Abbey Rock de la casa de Ricardo Calderón; ahí, la pared de la escalera que lleva al segundo piso de la casa, está repleta de cuadros y posters con diferentes texturas y tamaños que retratan los rostros de los Beatles.

En la segunda planta, el estrecho pasillo afuera de las habitaciones y el estudio tiene preciados estantes que, como trofeos, sostienen curiosos objetos de la agrupación musical, como una pequeña lámpara del submarino amarillo y muñecos hechos a detalle, donde se mira a cada integrante tocando su instrumento musical.

Unos pasos adelante, al final del pasillo y luego de una puerta de madera, un primer cuarto de la casa resguarda miles de viniles del grupo, perfectamente ordenados en estantes que ocupan todo el espacio. Ricardo guarda en este rincón su primer disco de los Beatles (1964) y la primera edición de Love Me Do con sello rojo editado el 5 de octubre de 1962.

En una segunda habitación, otros artículos de su colección viven ahí, como si fueran un miembro más de su familia. Cajitas musicales que tocan alguna melodía del cuarteto inglés, muñecos de peluche de cada uno de los personajes del grupo, botellas y relojes de edición especial con los rostros de los Beatles, maletas coloridas con dibujos alusivos a sus canciones y hasta un vestuario, aún en su empaque, como el que usaba el cuarteto en los años 60.

Si bien esta parte de su colección no está abierta al público, Ricardo parece dispuesto a compartir su riqueza con quienes así se lo pidan.

Más que un fan

Ricardo comenzó su colección en 1964 “sin darse cuenta”, recuerda, luego de escuchar una canción de los Beatles en su natal Acapulco. “Tenía 13 años y nunca los había escuchado. En ese entonces sólo había tres estaciones de radio que transmitían de 6:00 am a 8:00 pm, ya sea novelas, música tropical, de tríos y una de grandes bandas en inglés”, dice Ricardo. A partir de ese momento comenzó a seguirlos.

De esa forma inició comprando discos usados en los tianguis, que luego conseguía en mejores condiciones y los iba intercambiando “como las estampitas”, señala. Fue a partir de 1977 cuando su colección tomó forma de manera consciente, cuando su trabajo le permitió viajar e ir adquiriendo artículos de mayor valor, traídos de otros países, como Estados Unidos e Inglaterra, a donde Ricardo llegó a viajar para reunirse en convenciones de los Beatles con otros fans del mundo.

En 1984 Ricardo ingresó a un club que se formó en México luego de la muerte de John Lennon, del que llegaron a formar parte cerca de seis mil integrantes, algunos de cuales aún se juntan en fechas importantes relacionadas con Los Beatles. “Antes yo lo veía como mi club de Toby, para juntarnos con los cuates y escuchar música, porque antes no había internet para estar en contacto”, explica.

Además de atender esta tienda que parece más un pequeño museo del recuerdo, Ricardo también realiza tours a Londres cada año, para visitar los sitios donde crecieron sus ídolos musicales. Lleva 20 años viajando a la “Tierra Santa de los betlemaniacos”, como él cataloga a la capital británica.

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